Carlos Arias Vicuña nació en Chile en 1964. Como artista se dedicó a la pintura que luego intercaló de modo sistemático con el bordado. Hoy vive en Cholula, en el estado de Puebla, Mexico.

En mi visita a Santiago de Chile me fui a ver sus obras hasta el Museo de Arte Visuales –MAVI-. Una belleza de edificio que invita a entrar y pararse justo en la puerta de ingreso y desde allí admirar, a través de sus paredes internas de vidrio, las obras que fueron colgadas.

Largas telas bordadas por Arias Vicuña por un lado y tapices coloridos de dos metros por dos por el otro lado del salón nos recibieron esa tarde de octubre. Trabajos perfectamente exhibidos en un ambiente perfumado que invitaba a quedarse.

La pintura y el bordado: las dos técnicas de Arias Vicuña

Es evidente que ambas técnicas se contraponen cuando se trata de medir el tiempo. En la pintura se traza una línea de forma instantánea, mientras que la misma línea llevará al menos unos veinte minutos de bordado.

En la pintura se mezclarán los colores en la paleta hasta obtener el color perfecto. En el bordado ello no será posible aunque logremos hilvanar mil hilos en una sola aguja.

Arias Vicuña, en sus bordados, juega con las imágenes. Algunas son gritos que imploran el reconocimiento de una determinada sexualidad; otras son retratos familiares o bordados Tenangos o de Pehuatlán.

Una pieza bordada de veinte metros

Entre los trabajos exhibidos se destaca “Jornadas”, una tela de 20 metros de largo sobre la que Arias Vicuña fue bordando su vida, un poco cada año. Hay retratos familiares; fotos antiguas; frases; viajes, los cuales permiten distinguir algunas épocas de acuerdo al tipo de dibujo que los caracteriza.

En su libro “El hilo de la vida” Arias Vicuña refiere: “dónde empieza un trabajo y dónde termina, escritura en proceso, una línea continua declaratoria. Dónde está la producción de una identidad, banalidad como femenino, lo doméstico no tiene lugar, lo cotidiano es doméstico, esta línea es una labor silenciosa, privada. Esta escritura es reflexiva, su mecánica es masculina, el acto es femenino, manualidad como arte.”

Una explosión de color

Varias obras de Arias Vicuña explotan de colores mexicanos, en una clara influencia de su nueva tierra. Algunos de los bordados muestran el cuerpo masculino desnudo, y otros coquetean entre lo masculino y lo femenino.

El azul perfecto reflejado sobre el blanco; marrones curvilíneos sobre líneas violetas forman un contraste suave lleno de armonía; mientras que en otro de los tapices se ven los nombres de personalidades destacadas en vibrantes colorados que serpentean sobre figuras aborígenes mexicanas.

Uno de los trabajos con bordados Tenangos sobresale sobre el resto. En un tela blanca de dos metros por dos se han realizado los bordados con todos los colores del arco iris. El dibujo se centra en la tela dejando unos quince centímetros de tela blanca sin bordar, a modo de marco. El centro de la tela, en un espacio de un metro por uno, ha sido desbordado, y sólo pueden apreciarse los orificios de la aguja al pasar con el hilo la trama de la tela, y los restos de pelusa que esos hilos dejaron como impronta sobre el lienzo a modo de memoria colorida.

Un lujo y un placer haber podido conocer la obra de Arias Vicuña.

Fuentes: Carlos Arias Vicuña; https://www.mavi.cl/ ; https://www.cronicastextiles.com/carlos-arias

BICHA de CLAUDELINA