No hay plata. Ya lo dijeron. Así que llegó el momento de volver a las fuentes; a mostrar las enseñanzas de las abuelas que con poco hacían mucho; que cocinaban en casa y no tenían delivery; que tejían con sus manos en vez de comprarlo hecho; que decoraban con lo que había y le compraban los materiales a los comerciantes del barrio en vez de irse a los mayoristas, porque cuando quiero lana quiero que me la vendan en el barrio y no tener que irme en colectivo hasta Canning.

Con ese espíritu fue que miré los productos de IKEA, en Miami, el supermercado sueco fundado en 1943 por Ingvar Kamprad Elmtaryd Agunnaryd -de ahí las iniciales que forman el nombre de la marca-, que vende muebles, textiles, y objetos de decoración para la casa con diseño moderno y funcional.

IKEA nació como un emprendimiento de Ingvar y vendía muebles por catálogo, hasta llegar a ser hoy uno de los hipermercados más importantes del mundo con sedes en varios continentes. Los productos incluyen diseño tanto de artistas consagrados como de estudiantes. La paleta de colores son tranquilas, y los elementos usados para la confección de los productos son naturales, con tendencia al reciclaje.

Para quienes tejemos, cosemos, bordamos las ideas tomadas de los diseñadores que presenta IKEA siempre son una fuente de inspiración. En tiempos de escasez es bueno ponerse a trabajar con las manos con los materiales que tengamos, o que compremos a los locales del barrio para ayudar a su permanencia en las cercanías, que reciclemos o reusemos lo que hubiésemos guardado por si acaso lo necesito.

Bordados

Muebles pintados a mano

Individuales hechos con el material de los canastos del Puerto de Frutos de Tigre.

Bolsos de jean de distintos colores
Espejos con trabajos de macramé
Canastos de yute
Aplicación de borlas y pompones a los estampados

Estas ideas vistas en Miami, Estados Unidos, y traídas por IKEA desde Suecia, nos inspiran para ponerse manos a la obra, o para visitar el Puerto de Frutos en Tigre, provincia de Buenos Aires para conseguir canastos, o yute para tejerlos, o dedicar un fin de semana a la cestería; a estampar telas y agregarle pompones; usar viejos jean y reciclarlos en nuevas bolsas para los mandados o para guardar el tejido o los juguetes.

Espejos adornados con la técnica del macramé; bordados hechos a mano o a máquina sobre fundas de almohadones para renovar el sillón o nuestra cama. No todo es dinero; también hay ingenio y creatividad para desplegar en estos tiempos revueltos.

Y para conservar los locales de insumos cerca de tu casa, comprale a los negocios de cercanía. Ayudémonos.

Foto del post: alfombra con diseño de patchwork de IKEA – Miami