Última etapa del viaje, ya habíamos pasado por Roma y Praga. Ahora llegábamos a nuestro objetivo: Barcelona

La Pedrera de Gaudí

La Pedrera de Gaudí

Arribar a Barcelona ya significa un poco de adrenalina. Allí están los exquisitos negocios de patchwork, bordados y lanas.

Barcelona no solamente nos ofrecía su bella aquitectura, sino también los mejores negocios de labores.

Teníamos un recorrido previsto, no hicimos un viaje improvisado, pero en el camino nos fuimos encontrando con otros lugares.

Así llegamos hasta Fil D’Or, una negocio que dicta clases, tenía una colección de hilos de DMC que eran para desmayarse ahí mismo, muñecos de tela, y otras delicias.

 

Luego nos fuimos a cumplir con nuestro plan de visitas, y así llegamos a una tienda deliciosa, atendida por su dueña, cuyos trabajos estaban hechos a mano! El patchwork -la unión de piezas de tela-, el quilting -el acolchado- habían sido hechas por hadas en Punt de Patch.

Un gusto delicado, las piezas de apliqué eran perfectas. Todo en tonos ocre, algo vintage. La colección de revistas y libros nos obligó a quitarnos los abrigos y a sentarnos para poder hojear esas colecciones. Su dueña María, y su colaboradora, poseen la paciencia exacta para las visitas que van desde Argentina a conocer su local.

Un dato: poseen varios kits cuyos diseños son propios, y tooooodos valen la pena.

 

Desde allí seguimos nuestro camino a Dona Punt de Creu, donde nos encontramos con su dueña Rosa, a quien ya habíamos visitado en enero de 2014.

El local es un sitio atiborrado de bordados hechos a mano. Las fanáticas del punto cruz no pueden perderse este lugar, poseen diseños ya hechos de todo tip: sobre lino, liencillo, batista.

Rosa es un libro abierto, siempre generosa en la transmisión de sus técnicas y de dar a conocer las cosas que la inspiran. Sobre ella se debería escribir un libro.

Luego de allí partimos para otro local que era nuevo para nosotras, Oyambre.

El negocio tiene lanas, algunas de ellas inglesas e italianas. Tooooodas  son lindas. Dos salones donde se encuentran las fanáticas del patchwork y el tejido. Materiales para hacer petit point y tapiz. Agujas de tejer estampadas en liberty, lindisimas, de las cuales me compré algunos números.

 

Tanta recorrida, me obligó a solicitar el toillette en Oyambre y miren con lo que me encontré allí adentro.

 

En los locales de patchwork de Barcelona es habitual encontrar telas japonesas, lo cual para las Argentinas es todo un descubrimiento porque solamente las vemos en los libros y revistas. Pero en el Barrio Gótico está instalado Nunoya, donde todas las telas son japonesas. Venden por metro, fat quorters y tienen canastos con trozos más pequeños para hacerse de un buen surtido.

Gracias Barcelona por ser una ciudad amigable, cuna del diseño y receptora de tantas artesanías.

Hasta la próxima!

Bicha.

 

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